sábado, enero 22, 2011

Inicio de año

Los últimos dos años han sido tiempo de inversión y paciencia, muchos gastos, reuniones, eventos. Entrar a la escuela de animación, la refundación de la empresa y darle un nuevo rumbo. Dos caminos que comenzamos a explorar en el estudio son la realidad aumentada y las proyecciones arquitectónicas. Durante algunos meses invertimos tiempo y recursos a aprender estas técnicas, para una vez dominadas buscar clientes.

La realidad aumentada (augmented reality) significa colocar animación sobre video en tiempo real. Sus usos van desde la publicidad, juegos y lo que la imaginación permita. Esta nueva tecnología se ha desarrollado bastante los últimos años y tiene una parte muy técnica y otra artística. La prueba que pongo aquí es de los primeros intentos y donde intentaba probar el potencial, sin embargo ahora ya podemos incluso tener objetos animados y con cierta interacción por parte del usuario.






La proyección arquitectónica es una forma de arte que escapó de los museos y galedrías de arte, y se comenzó a utilizar comercialmente en los últimos años. No tiene gran ciencia (hasta el momento); se trata de proyectar imágenes en movimiento sobre formas (esculturas, edificios, aviones, etc.) para transformarlos. Lo primero que se necesita hacer es reconstruir la pantalla, en este caso un edificio y mediante la proyección hacer que la audiencia perciba algo distinto, como que las paredes se muevan o tengan texturas distintas a la real.

Si bien no es un gran reto técnico realizar estas proyecciones, la parte complicada es la de negocio. Ya hay un par de empresas que realizan estos servicios, que a su vez se encuentran muy bien posicionadas para hablar de negocios. Un ejemplo fue la proyección sobre Palacio Nacional el año pasado por la independencia. No cualquiera tiene acceso a esos niveles de negociación. Lo que queda son eventos de menor tamaño, que no es un mercado despreciable.

Hasta ahora no hemos realizado proyecciones de gran formato, pero lo hemos hecho en pared es interiores y con equipo modesto. Los resultados parecen ser buenos hasta ahora.

Ejemplo de proyección arquitectónica realizada en Europa, obviamente no por nosotros

Pues resulta que la paciencia ha rendido frutos y ya tenemos clientes para estos dos servicios de animación. Tenemos que realizar nuestra primera proyección arquitectónica para marzo y estamos en pláticas con un cliente para desarrollar un sistema de realidad aumentada para publicitar un producto.

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jueves, enero 13, 2011

Financiando un corto animado

Una de las primeras lecciones que aprendí realizando cortometrajes es que al público no le importa los recursos usados, solamente ve el resultado final. De esa manera los creadores no pueden llorar por falta de recursos, deben hacer lo mejor posible con lo que tienen a su mano. Hay casos de directores como Robert Rodriguez que hizo la película El mariachi con unos miles de dólares. Otros logran que otras personas pongan algo de su parte, ya sea tiempo, talento o dinero.

Durante mi plan para desarrollar los cortometrajes animados, he buscado distintas maneras para obtener financiamiento. La primera (y principal) ha sido pagar de mi bolsillo, y con entradas de nuestro trabajo diario haciendo comerciales. Un segundo paso que no fructificó fue buscar la teta del estado, de donde todo mundo trata de colgarse. Desde luego no alcanza para todos y las fuentes de recursos son mínimas y competidísimas.

La tercera opción que vengo barajando desde hace tiempo implica dar un paso que hasta ahora no he sabido dar correctamente. El financiamiento en masa (crowdsourcing).

La Blender Foundation viene realizando cortometrajes desde hace unos años con este método. Lo que hace es pedir dinero en pequeñas cantidades a tanta gente sea posible. Con este dinero (hasta ahora siempre han podido llegar a sus metas de financiamiento) pagan los costos de producción básicos (nada de limusinas y fiestas con supermodelos), y al final le entregan a cada uno de los inversionistas un DVD con el cortometraje, créditos en la película y un estreno con alfombra roja en un cine modesto (con limusina rentada y sin modelos), al poco tiempo este corto se hace accesible a todo el mundo de forma gratuita. Es lo que ellos llaman open movie.

En mi viaje anterior a Los Angeles intenté ver el ánimo de que la Blender Foundation me ayudara a realizar un esfuerzo similar. No obtuve la respuesta esperada pero sí buenos consejos. De nuevo, en este medio cada quien debe encontrar sus propios medios.

Recientemente he explorado opciones formales para obtención de fondos. La financiación con microcréditos es una realidad desde hace años, de hecho ya alguien se ganó un premio Nobel de economía por la idea. Un ejemplo es el de Kiva, un organismo que permite conectar pequeños inversionistas caritativos con microempresas/individuos en pobreza.

El problema o naturaleza de producir cortometrajes es que casi es imposible obtener de vuelta toda la inversión realizada. Es cierto que hay mercados de cine y televisión que compran estas producciones, pero son a muy largo plazo y eso si es que se concretan.

Por lo tanto la opción para un financiamiento en masa sería usar un sistema como el de Kickstarter. Esta página ofrece una plataforma para solicitar fondos de cualquier cantidad a toda persona que se pueda. Se plantea un proyecto creativo, se pone una meta económica y solamente si se reune la cantidad solicitada se liberan los fondos, en caso contrario no se toma dinero de los amables inversionistas. A cambio se debe ofrecer algún tipo de incentivos no económicos; como invitación a la proyección del corto, un cartel/postal del mismo, etc.

La gente de kickstarter ya revisó mi proyecto en diciembre y fue aprobado, ahora estoy trabajando para colocarlo en línea. Espero tener noticias pronto.

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