miércoles, noviembre 23, 2011

Pegar el palo

Esta semana he estado ocupado con un seminario de producción cinematográfica en la Cineteca Nacional; se intentan tratar seis puntos que tocan varios aspectos de la producción en México. Hoy tocó la parte de financiamiento tanto privada como pública, y no es por darme de sabiondo pero ya tenía cierto conocimiento de las experiencias contadas durante este evento. Aunque no tenía cifras exactas como que en los últimos diez años, de 500 películas producidas con estímulos del gobierno (dinero de impuestos), solamente 15 han logrado recuperar la inversión.

Un dato que sospechaba pero no tenía seguridad es que los presupuestos de películas realizadas en México es muy inflado respecto a otros países, incluyendo Estados Unidos, esto en parte se debe a todo el dinero fácil (soft money le llaman) disponible, el cual hace que la cadena productiva aproveche y cobre mucho más de lo correcto. Es decir, el dinero se encuentra en dar servicios para el cine, no en producirlo. Esta sospecha la tuve desde el día en que solicité el costo de transferir el cortometraje Un duelo que hice hace un par de años a cine, el costo que me dieron fue de $18,000 dólares por un corto de 4 minutos, cuando un laboratorio establecido en Texas cobraba $1,600 dólares.

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