jueves, enero 13, 2011

Financiando un corto animado

Una de las primeras lecciones que aprendí realizando cortometrajes es que al público no le importa los recursos usados, solamente ve el resultado final. De esa manera los creadores no pueden llorar por falta de recursos, deben hacer lo mejor posible con lo que tienen a su mano. Hay casos de directores como Robert Rodriguez que hizo la película El mariachi con unos miles de dólares. Otros logran que otras personas pongan algo de su parte, ya sea tiempo, talento o dinero.

Durante mi plan para desarrollar los cortometrajes animados, he buscado distintas maneras para obtener financiamiento. La primera (y principal) ha sido pagar de mi bolsillo, y con entradas de nuestro trabajo diario haciendo comerciales. Un segundo paso que no fructificó fue buscar la teta del estado, de donde todo mundo trata de colgarse. Desde luego no alcanza para todos y las fuentes de recursos son mínimas y competidísimas.

La tercera opción que vengo barajando desde hace tiempo implica dar un paso que hasta ahora no he sabido dar correctamente. El financiamiento en masa (crowdsourcing).

La Blender Foundation viene realizando cortometrajes desde hace unos años con este método. Lo que hace es pedir dinero en pequeñas cantidades a tanta gente sea posible. Con este dinero (hasta ahora siempre han podido llegar a sus metas de financiamiento) pagan los costos de producción básicos (nada de limusinas y fiestas con supermodelos), y al final le entregan a cada uno de los inversionistas un DVD con el cortometraje, créditos en la película y un estreno con alfombra roja en un cine modesto (con limusina rentada y sin modelos), al poco tiempo este corto se hace accesible a todo el mundo de forma gratuita. Es lo que ellos llaman open movie.

En mi viaje anterior a Los Angeles intenté ver el ánimo de que la Blender Foundation me ayudara a realizar un esfuerzo similar. No obtuve la respuesta esperada pero sí buenos consejos. De nuevo, en este medio cada quien debe encontrar sus propios medios.

Recientemente he explorado opciones formales para obtención de fondos. La financiación con microcréditos es una realidad desde hace años, de hecho ya alguien se ganó un premio Nobel de economía por la idea. Un ejemplo es el de Kiva, un organismo que permite conectar pequeños inversionistas caritativos con microempresas/individuos en pobreza.

El problema o naturaleza de producir cortometrajes es que casi es imposible obtener de vuelta toda la inversión realizada. Es cierto que hay mercados de cine y televisión que compran estas producciones, pero son a muy largo plazo y eso si es que se concretan.

Por lo tanto la opción para un financiamiento en masa sería usar un sistema como el de Kickstarter. Esta página ofrece una plataforma para solicitar fondos de cualquier cantidad a toda persona que se pueda. Se plantea un proyecto creativo, se pone una meta económica y solamente si se reune la cantidad solicitada se liberan los fondos, en caso contrario no se toma dinero de los amables inversionistas. A cambio se debe ofrecer algún tipo de incentivos no económicos; como invitación a la proyección del corto, un cartel/postal del mismo, etc.

La gente de kickstarter ya revisó mi proyecto en diciembre y fue aprobado, ahora estoy trabajando para colocarlo en línea. Espero tener noticias pronto.

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2 Comentarios:

At viernes, enero 14, 2011 1:13:00 a.m., Blogger rousse nos responde...

Hay que tener la fe de que así será, ánimo y algo buen saldrá de esto.
Besos!!!

 
At martes, enero 18, 2011 10:47:00 a.m., Anonymous Anónimo nos responde...

Los chilenos somos expertos en juntar dinero gracias a la buena voluntad de la gente. Los objetivos son variados, el màs comùn es para una operaciòn quirùrgica muy cara por ejemplo. Eso se llama "hacer una vaca", en el sur la gente da su tiempo y su ayuda, son las "mingas". Estoy segura que algo te resultarà Pipe, a perseguir tu sueño que finalmente saltarà la liebre. Besos, Ina

 

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