miércoles, diciembre 31, 2008

Apuntes mentales en Santiago

Llegamos a Santiago y la sensaciòn de calor es increiblemente mayor que en el norte, de hecho es insoportable y hoy los niños estuvieron de mal humor, no los culpo.

Mi camarita ya me fallò cimpletamente y todas las fotos salen movidas o desenfocadas. Aunado a la falta de conexiòn de internet no he podido subir imàgenes. Espero poder hacerlo pronto.

Estoy màs que desconcertado con el paisaje urbano de Stgo. Los edificios ya se encuentran por toda la ciudad, son decenas y decenas de ellos. Supongo que en un momento la ciudad iba a dejar de extenderse y ahora crece hacia arriba.

Estando en Bahìa Inglesa compramos un refresco (bebida le dicen por aca) de color claramente artificial llamado Pap. Marianne quiso probarlo por curiosidad, no le gustò nada asì que me lo pasò a mi, un sorbo bastò para que algo extraño sucediera, de algun rincòn oculto de mi memoria apareciò ese sabor que ya conocìa e inmediatamente me acordè de haberlo tomado cuando era niño y vivi por un tiempo en la casa de mis abuelos, me acuerdo de los niños de la cuadra y de còmo jugàbamos en la calle. Parece que a Ruy le gustò el refresco y la señora de la tienda nos dijo que tiene bastante èxito entre los niños.

Cada vez que venimos a Santiago lo primero que hacemos con Marianne es pasear por el barrio Bellavista, que es un lugar cèntrico, bohemio y donde existen varias tiendas que venden artesanìas hechas con lapizlàsuli. Marianne siempre compraba un regalito para su madre, este año en un lapsus muy breve ella se emocionò con la idea de ir, pero se acordò que ya no podrìa darle el regalo a la Go. Fue un golpe fuerte para ambos.

Marielle nos prestò una carriola doble mùcho màs ligera que la nuestra, y ha resultado un èxito. Mucha gente en la calle exclama al vernos pasar: ¡uy, què liiiindoooo! ¿son gemelitos? luego se escucha la respuesta de alguien: "¿no, po'? un es màs chiquitito".

Paseando por la Plaza de Armas de Stgo. ya casi de ida a la casa se nos aproxima un personaje callejero, el màs sucio que pueda recordar y con aliento a alcohol. Primero me alertè cuando se nos acercò y estirò su dedo ìndice para decirnos algo. Tardò unos segundos, yo llevaba a Helena en brazos y Ruy estaba en el carro. El caballero nos dijo con una voz asustada tratando de resolver una incògnita al ver el carrito con un lugar vacìo: "¿a'onde etaaaà el otrooooo?" (traducciòn: "¿en dònde se encuentra el otro pasajero?").

Màs apuntes luego, ahora es momento de esperar el año nuevo y brindar con todos.

¡Buen año para todos!

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lunes, diciembre 29, 2008

En el desierto

A 12 horas al norte de Santiago se encuentra Caldera, una pequeña ciudad adentrada en el desierto de Atacama, el más árido del mundo. Mi abuelo nos recibe en su casa en las afueras de la ciudad o lo que es lo mismo, a unas tres cuadras del centro. Nos estamos quedando afuera de la ciudad camino a Bahía Inglesa, un balneario bastante interesante que esta lleno de casas que se ocupan principalmente durante el verano.

La vida en el desierto es impresionante. Aca la gente se acostumbró a vivir en unas condiciones que pueden ser algo rudas. No llueve nunca y cuando lo hace los niños salen de clases para conocer la experiencia de la lluvia. Al mismo tiempo al atardecer salen de no se donde miles y miles de termitas dispuestas a acabar con toda la madera disponible, incluyendo de la que estan creadas las casas locales. Marianne un día se levanta de la cama y aproximándose a una pared me dice: "¿lo escuchas... no estoy loca.. lo escuchas?". Se puede oir a las termitas comerse la pared, y eso que esas mismas unos minutos atras llegaron volando y se liberaron de sus largas alas.

Durante las noches disfrutamos un poco de las estrellas. Se puede ver bastante bien la via láctea, aunque como estamos en el sur no estoy muy familiarizado con las constelaciones de esta lado del mundo.

Curiosamente estoy leyendo un libro de Darwin donde describe estas ciudades que conoció cuand0 vino en el Beagle. De Copiapó (ciudad vecina) la describe tal cual es actualmente y se asombra que las plantas crecen en condiciones que en otra parte del mundo se marchitarían.

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viernes, diciembre 19, 2008

Un viaje como a Fellini le hubiera gustado

Usualmente mis viajes inician un par de dìas antes de partir, cuando me entran sùbitas ganas de ya no ir, cuando me cuestiono si en realidad estoy interesado en alejarme y lo que me motiva a salir de casa. Ya en marcha se disipan todas las dudas. Es la primera vez en màs de treinta años que me encuentro con mis dos padres en Chile, porquè no sucediò antes, bueno, eso es algo que ni un sicoanalista captarìa.

Es nuestro primer vuelo con los dos niños y en mis sueños tenìa imàgenes de Ruy corriendo incansablemente durante ocho horas por los pasillos del aviòn, mientras Helena lloraba por el dolor producido por los cambios de presiòn. No sucediò asì, las horas transcurridas fueron cansadas pero tranquilas donde los niños no lloraron e incluso entendieron que no debìan moverse mucho de sus lugares. Al llegar al aeropuerto nos encontramos a varios conocidos y amigos que viajaban por la temporada a ver a sus familiares. Algunos estaban desconcertados porque ahora han reducido el limite màximo permitido en las maletas. En los mostradores se veian personas sacando urgentemente ropa y latas de chiles en conserva, como si tuvieran el mandato del capitàn para achicar el barco pirata y tirar las cosas por la borda.

Nos tocò asiento en la primera fila, porque pedimos una cuna de esas que se sujetan a la pared aunque Helena la utilizò solamente media hora, ella heredò mi sueño ligero al parecer. Ruy tambièn estuvo entretenido en el piso jugando con sus carritos. Como estàbamos a un lado del baño nos. tocaba la gente que estaba esperando su turno para entrar, no se pudo evitar esa plàtica incòmoda mientras se aguantanta la presiòn, creo que escuchè muchos comentarios extraños. Uno de ellos fue el de la mujer que al ver a Ruy completamente despierto me dice con cara de Cruella De Vil que tiene un hijo de tres años y que la noche anterior lo desvelò para que durmiera todo el trayecto. El pobre niño en relidad no durmiò y tenía cara de diputado despuès de la fiesta de fin de año.

Llevè a Helena un par de ocasiones donde se encontraban sentados los Simòn (una familia a la que le tengo mucho afecto), como era de esperarse Cecilia estaba encantada de ser niñera temporal, pero Gabriel su marido hacìa lo imposible porque Helena estuviera incòmoda. Al final no me resultò la estrategia.

Pasado mañana partimos hacia el desierto a visitar a mi abuelo. Dicen que nos esta esperando, yo tambièn quiero verlo.

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martes, diciembre 09, 2008

Photoshopeando


Pues resulta que un día cualquiera y sin avisar, "photoshopear" se volvió un verbo común y corriente. John Knoll y su hermano Tom crearon photoshop cuando eran chavos, sin saber que ahora hasta un niño de cuatro años lo puede usar sin problemas. Me acuerdo que hace un par de años durante una reunión de VES, alguien le preguntó a John lo que sentía de saber que su nombre se asociaba a la burda manipulación de fotos, siendoal mismo tiempo uno de los más reconocidos directores de efectos visuales de Hollywood, John sólamente encogió sus hombros.

El otro dìa durante una reunión con un grupo de clientes que pidieron hacer un video corporativo apareció la palabra. Alguien sugirió que en una parte de su video se "photoshopearan unas sillas que se encuentran en el fondo y que se dejara la pared sola". El cándido comentario desde luego que obtuvo una negativa, en parte porque el presupuesto y el tiempo no lo permitìan y otra porque al parecer la percepción actual es que hacer un "photoshopazo" es algo trivial. Supongo que en unos pocos años esta profesión va a ser abaratada igual como le ha sucedido a muchas otras.

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jueves, diciembre 04, 2008

La invasión de zombies

Hace unos días se dio a conocer un artículo donde alguien trataba de relacionar el número de películas de zombies y vampiros en los cines y los momento de guerra en Estados Unidos. Curiosamente en esos momentos violentos es cuando más se producían esas películas. En estadística nos enseñan que correlación no implica causa pero ese tema me da pie a este texto.

La semana pasada compramos entre varios amigos un nuevo videojuego llamado Left 4 Dead (dado por muerto), que trata basicamente de abrirse paso entre una ciudad llena de zombies come gente. Compramos el juego los cuatro entre otras razones porque nos salía más barato comprar el paquete y porque ese juego fue diseñado para ser utilizado colaborativamente, entre (aqui me sale la voz chilena: "¡pero oooobvio!") equipos de cuatro personas. Tiene varias cosas curiosas el sistema ya que el creador del juego lo vende por internet directamente al disco duro de la computadora, ya no es necesario ir a la tienda a comprar una cajita de cartón. No es que no quiera caminar (que me hace falta) pero los cuatro jugadores no encontramos en distintos puntos de la ciudad, asi que uno hizo el pago por internet y el resto le devolvimos el dinero por el mismo modo. La otra cosa es que el programa tiene un sistema llamado "director", una inteligencia artificial que va dirigiendo el juego para darnos pausas, ritmos y momentos de acciòn. Nunca un juego se repite, cosa caracterìstica de los videojuegos, que de tanto repetirse uno va aprendiendo el camini para ir ganando. Digamos que el videojuego va viendo el nivel de los jugadores y se trata de nivelar hasta el final. 

Como la guerra en Irak no parece tener un fin próximo y uno nunca puede tener suficiente de zombies pongo una liga al avance del juego para abrir el apetito.

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