viernes, febrero 13, 2009

De mis orígenes

Charles Reed fue un marinero nacido en Escocia, que gustaba tanto del whisky como de viajar. En esta época se consideraría un alcohólico, pero en su momento era requisito indispensable beber tanto para poder pasar las frías noches en el Mar del Norte, esto a menos que se trabajara paleando carbón a la caldera que era un trabajo similar al de vivir en el mismísimo infierno, que a su vez también implicaba una buena ración de whisky.

No esta claro bien qué cargamento fue el que los llevó a tocar puerto en Valaparaiso, pero lo que sí recuerda Charles es haber visto como tres días más tarde se alejaba el buque de dos chimenas, dejàndolo atrás después que despertara de una noche de parranda como sólamente se le conocía a los del clan de la mano con la corona. Tal vez de ahí salió ese tatuaje que tenía el brazo y que decía "Damn whiskey" (maldito whiskey). Si hubiera sido de vela, es posible que el barco no hubiera zarpado por falta de condiciones, y en una de esas no estaríamos nosotros aquí.

Fue el tatarabuelo Charles al que se le ocurrió que era buena idea vender maní confitado a las afueras de los cines y arriba de los tranvías. Nadie pensaría que recién terminada la Gran Guerra, a pesar de las limitaciones económicas la gente ahogaría sus penas viendo tres funciones seguidas de dramas norteamericanos, acompañados de una bolsa con maní. Se dice que las señoras salían llorando del cine con las mejillas negras debido a la pintura para los ojos que creaban quemando un pedazo de corcho.

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