martes, enero 13, 2009

Fuente Alemana (6 enero)


Una visita a Santiago no es tal si no vamos a comer siquiera una vez en la cèntrica Fuente Alemana. Ayer que no tenìamos grandes planes ni muchas ganas de hacer algo fuimos a almorzar a ese restaurante que se caracteriza por sus completos (hot dogs), churrascos (sandwiches de carne) y toda esa tradicional comida ràpida que comen de pie los empleados de oficinas del centro.

Al llegar me doy cuenta que ya no es lo mismo ir Marianne y yo a entrar los dos, con dos niños incluidos, una carriola extra y al menos una mochila llena de mamilas, juguetes y quen sabe que otras cosas. El local es viejo, los empleados igual y el ambiente es completamente tradicional. Claramente parece que cada quien esta en sus propios asuntos pero todo mundo esta atento, asì que nuestro circo no pasò desapercibido. Los niños se portaron muy bien y nosotros pudimos colocarnos muy bien en la barra principial, sentàndonos sobre dos taburetes diminutos,cada uno sosteniendo a un niño. Los crìos tomaron su leche y el colado mientras esperàbamos nuestros platillos.Marianne suelta un: "si logramos terminar sin ensuiar somos unos genios", un par de pesronas sueltan una carcajada. ¿no que cada quien estaba en lo suyo?

Viajar por la ciudad no ha sido problemàtico, tenemos una estaciòn de metro a una cuadra y en el metro siempre hay alguien que me cede el asiento cuando voy cargando a Helena, algo de civilidad se asoma en esta ciudad. ¿Podrìa suceder eso estando en casa?