viernes, julio 07, 2006

Hollywood

Me encuentro en Hollywwod en mi cita anual con la Sociedad de Efectos Visuales (VES en inglés), aunque ya asistía desde hace alguno años, ahora logré colarme como periodista y tengo acceso exclusivo a ciertas partes.

Como siempre todo inicia con la ida al aeropuerto, debo decir que esta vez la parte de documentación fue terrible y por poco no puedo meter mi maleta al avión por la enorme cola que se forma. Mis cuates de Ollin me dicen que perdieron el avión ese día por la misma razón, sospecho que no estoy solo en esto.

Esta vez decidieron hacer el evento en Hollywood, lejos del lugar usual que es San Francisco. La verdad es que nunca me ha gustado por aquí aunque ha mejorado un poco. Han renovado el lugar que hasta hace poco me parecía decadente. En el mero centro de Hollywood hicieron un centro comercial y al teatro Kodak, lugar oficial de los premios Oscar, esto ayudó a darle vida a esta zona.

Como siempre estoy compartiendo habitación con mi amigo Manuel, a quien conozco desde hace ya varios años y debido a la distancia y el trabajo sólamente podemos vernos durante estos eventos. La primera noche fuimos a ver la película Superman, la cual no me emocionó.

Casi frente al famoso Chinese Teather se encuentra otro cine clásico llamado El Capitan, que pertence a Disney es donde se estrenan todas sus películas, es uno de esos viejos cines que todavía tienen sala única. Ayer intentamos comprar boleto para el estreno de media noche de la película Los piratas del caribe pero todas las funciones se encontraban agotadas hasta el domingo. Sin embargo como el cine se encuentra de pasada al hotel decidimos preguntar si tenían boleto y nos volvieron a confirmar que no, pero había una familia que amablemente me preguntó si buscábamos boletos y nos regaló dos en la mejor sección del cine, con palomitas y refresco incluidos, eso es tener suerte. Cada boleto costaba $23 dólares, lo cual es caro incluso para estos parámetros, pero el precio se debe a que antes de cada función hay una especie de obra musical con decenas de actores bailando en el escenario, esto muy típico de los años 30s.

Debo confesar que practicamente no entendí nada de los diálogos, los personajes hablan en su dialecto "pirata" y entre "arggg matey" y "Avast ye Sleepless" simplemente podía sentirme como el capitán Cook cuando llegó a Australia. Ya la tendré que ver llegando a casa.

El festival ha estado muy bien, mañana nos proyectan Monster House, a ver si aguanto.