sábado, septiembre 17, 2005

De la Independencia y otras crudas

Para la noche del grito de Independencia de México nos sacamos de la manga una cena con pozole, vinieron a cenar Laszlo y Monserrat. Algo que no tenía calculado es que el tránsito vehicular al centro de Coyoacán es interrumpido y sólamente los que pueden demostrar vivir en la zona pasan con coche. Resulta que nuestra casa se encuentra en el interior de ese perímetro, justo en el borde por lo que no tuvimos problemas con los abusivos cuidacoches o con que se estacionaran en nuestra entrada, por otra parte Laszlo tuvo que dejar su coche un poco lejos nuestra casa.

Al día siguiente estaba tratando de mantenerme despierto después de la desvelada cuando tocaron el timbre de la casa, me asomé por la ventana de la sala y vi que era un señor con aspecto indígena, de unos cuarenta años que me pedía trabajo. Bajé para hablar con él y se ofreció a barrer la entrada de la casa por lo que yo le pudiera dar, en ese momento me di cuenta que andaba con dos niños pequeños con cara sonriente. Le ofrecí unas frutas y le pasé una escoba para que limpiara la basura que básicamente consistía en hojas y pequeñas ramas. Lo que tengo claro es que el señor nunca me pidió dinero, me pidió trabajo. Toda una lección de dignidad.

Mañana es la celebración de independencia de Chile, ¿debo celebrarla si el gobierno chileno ya no me considera su ciudadano?

1 Comentarios:

At martes, septiembre 20, 2005 2:38:00 p.m., Anonymous Anónimo nos responde...

Snif,snif, querido Santito, ¿o debo decir Pinenui? Cómo de que el gobierno chileno no te quiere, si lo único que quiere es que vuelvas a ser chileno, y para eso te da todas las posibilidades. Es cosa de llevar unos cuantos papeles al señor Cónsul y volvemos a ser compatriotas! En serio, sabemos que la burrocracia es lenta, pero hay que hacer los trámites mi querido, queridísimo Santo, Máscara de Plata, un beso grande. Ina

 

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