jueves, septiembre 01, 2005

¡Jechú, una cabra!

Ya estamos de regreso en Madrid. Por cuestiones muy complicadas de explicar pero que se deben principalmente a salud cambiamos el itinerario y nos regresamos. En los días anteriores no pudimos cumplir el objetivo de usar Santiago como base de operaciones para visitar otros lugares cercanos, esto debido al regreso masivo de la gente y especialmente de los niños a clases, algo que no consideramos antes. Incluso hoy nos tocó ver un accidente en tiempo real cuando una mujer se estrelló misteriosamente a unos metros frente a nosotros.

La ruta de regreso fue un poco distinta a la ida y bajamos hasta tocar el Río Miño que forma frontera con Portugal, si no nos hubiéramos encontrado bajo la misión de regresar me cae que nos seguimos hasta Porto, que quedaba a una hora de camino. Las noticias de los últimos días en Europa son los incendios que acosan a Portugal y a Galicia, al grado que ahora vimos decenas de pequeños incendios (algunos que llegaban a la carretera), es una pena ver bosques y cerros completamente arrasados.

Una de las tantas cosas que me impresiona de Europa es que ya sea por tren o por carretera, siempre se puede ver un castillo cercano a cualquier población. En el caso de España muchos estan en mal estado incluso encontrándose sólamente una pared o una torre de pie, pero por otra parte me recuerda que el dominio de los señores feudales en esas tierras fue aplastante. Pude notar que la arquitectura de muchos castillos es especial, distinta a los que veo en otros países y claro, la respuesta está en la reconquista de los moros y católicos que se dieron.


El itinerario cambió pero esperamos poder visitar Toledo y Barcelona (usando el tren de gran velocidad).

Ahora ya puedo hablar un poco sobre el caracter de los gallegos y los leoneses hacia los turistas. Tengo claro que los últimos son como su tierra: duros y secos. Creo que son los españoles mas piedrotas y tercos con los que he tenido contacto, generalmente nos resultan groseros y claramente se molestan con la actitud servil del mexicano, como que rechinan los dientes con tanto "por favorcito, si fuera posible lo molesto con..", etc. Los gallegos son mas cariñosos que los de León (digo, tampoco es que uno ande de viaje pidiendo besitos a la gente), y aunque tienen su pedazo de españoles también tienen otro poco de portugueses.