Pipe Nui

Hoy sucedió algo inusual con la composta. Los fines de semana suele haber más desechos orgánicos que los otros días, por lo tanto me encontraba revolviendo la basura acumulada y decidí hacerlo también en la parte donde deposité lo que había sobrado de la gran comilona mencionada antes y que tiré ya que misteriosamente mostraba signos de descomposición al día siguiente del evento. Entre los desechos estaban algunos materiales para quesadillas y un tazón con algunos pimientos con agua y vinagre.

Al revolver la parte que tapé hace una semana esperando oxigenar los desechos escapa un fuertísimo olor desconocido que me hace retroceder, Sonia que se encontraba barriendo el patio se ve obligada inmediatamente a entrar a la casa y Marianne que estaba en la cocina también recibe el golpe. Usualmente la mayoría de los desechos enterrados ya estarían casi desaparecidos con la semana transcurrida, pero con la sorpresa del olor también descubro que se encuentran casi igual que cuando los deposité, tampoco hay insectos en esa zona. El olor inundó todo el patio y parte de la casa, intento detenerlo depositando un poco de tierra de la composta de hojas.

Ya he contado que todo mi trabajo en el jardín es empírico, por lo que descubrí mediante ensayo y error (más bien con el error) que ciertamente no debo tirar todo lo aparéntemente orgánico a la composta. Ahora me acuerdo que el vinagre o ácido acético se usa para conservar, y no sé si he dañado la tierra de la composta o si habrá alguna forma de solucionar esto. En una de esas puedo plantar pepinillos esperando que salgan directamente en conserva.