jueves, febrero 02, 2006

Todo por culpa de un pollito

Desde hace años me he dado cuenta que los clientes que piden animación para comerciales no son tan creativos como aparentan. Siempre que sale una nueva película animada o con efectos, los clientes suelen pedir un personaje para su comercial similar al de la película o el efecto que se hizo famoso. El colmo fue recientemente con el cliente de mi cliente desesperado (del que ya he hablado).

Mucho antes de este proyecto yo ya me estaba preparando para realizar técnicas estereoscópicas para otros posibles trabajos futuros y en desarrollo. La idea es que llega el cliente de mi productor (así llamaremos a mi cliente desesperado) apenas llegando de ver Chicken Little 3D, emocionado con el efecto ese de que las cosas parecen salir de la pantalla y preguntando si es posible hecerlo en México, que había investigado y le habían dicho que sólo empresas como ILM lo podían lograr. Yo hice un par de animaciones para demostrar que sí se puede sin tener que dar detalles técnicos, incluso Marianne me ayudó a construir varios lentes anaglifos, de esos que tienen celofán rojo y azul.

Lo que me impresiona de todo esto es que finalmente la historia de estos lentes estereográficos deben ser cosa de conocimientos generales, nada del otro mundo sin embargo la mercadotecnia de Disney (Chicken Little 3D) y de otras empresas (Expreso Polar, etc.) logra cambiar el conocimiento general de que un efecto es nuevo cuando en realidad se inventó hace 150 años.