domingo, enero 15, 2006

Crónica de una elecciòn

Hoy fue la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile.Es la primera vez que vivo esa experiencua fuera de México y tenía bastante interés en ellas. Chile tiene una democracia joven y por otra parte es bastante conservador y muchas de sus costumbres me causan un poco de conflicto.

Deje México en una pausa política navideña para encontrarme con un enfrenetamiento entre dos candidatos que se comportaron distinto a como estoy acostumbrado en MNéxico pero que he podido ver en otros paìses, es decir, no hay muchas novedades. Lo primero que me causó impacto fue saber que 48 horas antes de las elecciones los militares toman el mando del país, un general toma el mando de una plaza; por ejemplo el area metropolitana es considerada una plaza. Luego resulta que la gente debe registrarse con anterioridad para poder votar, y una vez registrados deben votar a la fuerza o ir a la cárcel y pagar multa, lo mismo pasa con los funcionarios de casilla, pero ellos son elegidos al azar. Esto hace que el abstencionismo electoral sea similar al 0%, !así que fácil!.

Otra novedad es que las casillas son separadas para hombres y mujeres, eso significa que los integrantes de una familia salen en la mañana a distintas partes de la ciudad a votar, mi abuelo no pudo acompañar a mi abuela de 81 años.

Es necesario que un candidato saque 51% para ganar la primera vuelta (siempre ha habido segunda vuelta), de lo contrario los dos candidatos con mayor votación deben enfrentarse nuevamente y gana el que obtenga el mentado 51%, supongo que de no obtenerlo se van a otra ronda de penales. Esta lógica obligó que la candidata ganadora de la primera vuelta con casi el 50% se enfrentara al segundo lugar que sacó menos del 30%, esto ha obligado a que existan prácticamente dos lados afrupando a todos los partidos políticos. Hay muchas otras cosas especiales en la lógica electoral chilena que los chilenos ven completamente normal, incluso no la imaginan de otra forma.

En la tarde se supo que la candidata socialista ganó y la gente salió a la calle. Con Marianne hicimos lo mismo y pudimos ver a la gente reunida en plazas y lugares típicos de reunión, cuando llegamos a la casa mi mamá ya se había ido a celebrar con la gente de la cuadra.