lunes, septiembre 24, 2007

La ubre


Ayer tuvimos un poco de sol y aprovechamos para descansar en los jardínes que se encuentran frente al museo Louvre. El pasto es especial, es muy delgadito como cabellos y esa textura no le gustó a Ruy así que jugó mucho pero hizo todo lo posible para no poner la palma de sus manos en el piso, me dio mucha risa ver que no se quejaba pero estiraba los brazos para alcanzar a su madre o a mi, que nos usaba como vehículo. ¡No, si cuando se propone algo lo consigue!
Por cierto que Marianne ya comenzó a sentir el movimiento de la niña, ya se extrañaba.


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1 Comentarios:

At jueves, octubre 04, 2007 11:16:00 p.m., Blogger rousse nos responde...

Ya se queja y en las mañanas ha tenido hipo...jiji!

 

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