Pipe Nui

Regreso apenas del festival de cine de Guadalajara. Una semana muy atareada, moviéndome entre las distintas sedes y eventos. Vi bastante cine pero también hice algunos contactos.

Ya no me indigesto con cine como durante mis épocas escolares, sin embargo traté de ver lo más posible aquello que tuviera animación. Conocí a algunos directores como Carlos Carrera o compositores de música para cine. Cosas buenas salen de todo esto.

Al llegar el primer día a nuestro hotel, un intenso olor a tamal llenaba todos los rincones y aunque primero pensaba que era culpa del buffet, luego descrubimos que al lado hay unas enormes fábricas de harina y aceite. Sólo falta una de mole negro para completar la receta. Estoy seguro que no voy a comer tamales en un buen rato.

El domingo tuve la oportunidad de unirme a un tour por el "Chapala Media Park". Una apuesta del gobierno del estado y de la gente del proyecto "Batallón 52" para crear maquila de animación. Como a una hora en bus desde Guadalajara construyeron un parque industrial donde se creará animación al mejor postor por precios ridículos y sueldos horrorosos. Bien por ellos.

El martes finalmente y después de varias vueltas, tuve la oportunidad de ver el estreno de la película de mi amigo Rodrigo. Depositarios es un proyecto de ciencia ficción mexicana que tardó diez año en realizar (todo por culpa del cochino dinero), con algo de efectos visuales pero mucho más charla que acción. No podría decir a ciencia cierta si me gustó, porque me quedé dormido. Pero me acuerdo que habían unos señores pelones a los que se le conectaba un cable usando un enchufe atrás de sus orejas, algo así como un ipod humano. Por cierto que en esta visión del futuro todavía se usaban los iphones.