sábado, febrero 28, 2009

A la escuelita

Si retrocediera mi memoria a hace un par de semanas me encontraría en mi acostumbrada preocupaciòn mundana de si ya programaron Battlestar Galactica en la tele, o si finalmente termino mi corto o si algun cliente ya pagó ese proyecto que terminè hace meses. Lo que no tenía considerado es que Ruy ya tiene dos años y eso significa que por lo tanto este año cumple tres y que debe ir a la escuela por obligación. Esto es posiblemente una obviedad para nuestros amigos con hijos mayores o para cualquiera que haya escuchado por radio o tele ese anuncio que durante años ha dicho: "si tu hijo cumple tres años en febrero son las inscripciones y en agosto debe ir a estudiar". No tengo idea de cómo sucedió pero me parece que fue hace poco que naciera Ruy y yo iniciara este blog, la pura idea de ver partir a Ruy me aterrò durante un par de dìas con sus noches.

Esto nos llevó a Marianne y a mi a otro problema, escoger escuela, una gran responsabilidad. Desde que Ruy estaba en gestación hacíamos planes para que un dia fuera al liceo, pero resulta que cuando fuimos a pedir informes nos explicaron que el grupo al que entraría Ruy se cerró en diciembre, y que hay una lista de espera del alto de una baguete con las solicitudes otros padres igual de despistados. Esto sucedió porque el liceo tiene el calendario no de la secretaría de educación mexicana, va con el del liceo en Francia. Así, en un solo día esos planes se parecieron derrumbar completamente. No todo estaba perdido, desde luego teníamos opciones de escuelas,, que si unas son constructivitas, que si son conductistas, etc. Lo que carecíamos es de la seguridad de cual pueda ser la opción correcta, supongo que eso le sucede a todo mundo. Responsabilidad, responsabilidad, responsabilidad.

La semana pasada nos hablaron para decir que se pudo hacer un cupo para Ruy en el liceo y que si queremos podemos pedir tambièn una beca para el protoestudiante. Al parecer todo va encarrilándose de nuevo, supongo que a partir de ahora va a ser más dificil seguir ese "plan maestro" que trazamos idealistamente cuando Ruy era apenas un cacahuate.

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viernes, febrero 13, 2009

De mis orígenes

Charles Reed fue un marinero nacido en Escocia, que gustaba tanto del whisky como de viajar. En esta época se consideraría un alcohólico, pero en su momento era requisito indispensable beber tanto para poder pasar las frías noches en el Mar del Norte, esto a menos que se trabajara paleando carbón a la caldera que era un trabajo similar al de vivir en el mismísimo infierno, que a su vez también implicaba una buena ración de whisky.

No esta claro bien qué cargamento fue el que los llevó a tocar puerto en Valaparaiso, pero lo que sí recuerda Charles es haber visto como tres días más tarde se alejaba el buque de dos chimenas, dejàndolo atrás después que despertara de una noche de parranda como sólamente se le conocía a los del clan de la mano con la corona. Tal vez de ahí salió ese tatuaje que tenía el brazo y que decía "Damn whiskey" (maldito whiskey). Si hubiera sido de vela, es posible que el barco no hubiera zarpado por falta de condiciones, y en una de esas no estaríamos nosotros aquí.

Fue el tatarabuelo Charles al que se le ocurrió que era buena idea vender maní confitado a las afueras de los cines y arriba de los tranvías. Nadie pensaría que recién terminada la Gran Guerra, a pesar de las limitaciones económicas la gente ahogaría sus penas viendo tres funciones seguidas de dramas norteamericanos, acompañados de una bolsa con maní. Se dice que las señoras salían llorando del cine con las mejillas negras debido a la pintura para los ojos que creaban quemando un pedazo de corcho.

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domingo, febrero 08, 2009

Tramitología

La semana que concluye parece que haber sido cortesía de Kafka. Me llevó dos mañanas completas solamente pedir mi certificado de bachillerato, el cual necesito para inscribirme al curso de animación. Lo complejo del asunto no fue el encontrar los cinco centavos que cuesta el trámite, lo fue tener que explicarle al cajero que no tengo credencial porque hace veinte años terminé el bachillerato.

Luego apareció el anuncio de LWcore, la super esperada actualización del programa de animación que utilizo desde hace años. Como ahora me ofrecían comprar el programa via internet en lugar de buscar al intermediario mexicano (que se lleva una comisión nomás por estar entre el fabricante y yo), decidí usar mi tarjeta de crédito. Lo que no sabía que estaba a punto de caer en un hoyo dificil de salir. El sistema de compras de NewTek falló y no solo no se dio por enterado de mi compra, me hizo el cargo por triplicado. Así que ahí estoy yo perdiendo todo un día tratando de cancelar la transacción con mi banco., hablando a San Antonio y de regreso con el banco Estoy pensando a preguntarme si es una ventaja que los piratas del centro no pidan tarjeta de crédito.

Por otra parte y considerando que el cortometraje ya se encuentra casi listo, he intentado entablar contacto con las empresas que me pueden pasar el corto a cine, pero al parecer es un proyecto muy pequeño como para tomarlo en consideración. Lamentablemente estas empresas tienen copada la oferta de este tipo de servicios y todo se hace mediante contactos.

Lo increible de la semana fue ver que Helena ya se levanta y mantiende de pie (aunque no camina todavía) y Ruy ha dejado su mudez, sus nuevas palabras son:

Bruuuu = coche
Baaa = ambulancia
Booo = pelota
nena, kika = Helena
kikuka = aqui jugar
papá = el señor que me da pasitas con chocolate
mamá = la causa de mi edipo


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